jueves, 23 de junio de 2011

A quién debo de agradar?

PUES ¿BUSCO AHORA EL FAVOR DE LOS HOMBRES O EL DE DIOS? ¿O TRATO DE AGRADAR  A LOS HOMBRES? PUES SI TODAVIA AGRADARA A LOS HOMBRES NO SERIA SIERVO DE CRISTO.
Gálatas 1:10

El apóstol Pablo en este versículo pone bastante claro cual es la disyuntiva del ser humano, pero sobre todo del cristiano. No hay más que dos caminos: a) Agradar a los hombres y desechar a Dios o b) agradar a Dios aunque quede mal delante de los hombres.
Tres palabras usa aquí Pablo para definir esta situación que es por demás retórica: 1.- Favor, 2.- Agradar y 3.- Siervo.
La disyuntiva es buscar el favor de Dios o de los hombres. Desgraciadamente, muchas veces nos importa más congraciarnos con los hombres, que hacer la voluntad de Dios. En el caso de la ocasión de esta carta, se tenía que corregir un problema doctrinal que amenazaba desde el principio la vida misma de la cristiandad. Una falsa doctrina, desviada o que agradara a los hombres, destruiría toda la base cristiana. Sin la obra meritoria de Cristo Jesús, sin su sacrificio, qué le queda a la cristiandad sino una religión legalista, llena de obras, pero vacía para vivir. ¿Qué quiero para mí? ¿Religión o vida?
La segunda palabra es agradar. Esta palabra implica muchas cosas en sí. Para agradar a Dios es necesario en primer lugar, hacer su voluntad. ¿Y cual es la primera cosa que él desea? ¡Que Jesucristo viva en mí a través del Espíritu Santo! De ahí que el porvenir de un creyente en Cristo Jesús se encuentre asegurado. No que en el transcurso de mi vida cristiana deje de pecar o errar; sino que tengo ahora la conciencia de que hacer algo malo desagrada al Señor, pero si peco y le pido perdón, el como Padre perdona. Agradar a Dios es también buscar la sana doctrina, la sana enseñanza; la sana manera de vivir. Él es todo por el todo.
Lo cual me lleva a la tercera palabra: Siervo. ¿Qué es en boca de Pablo el ser Siervo? Hay dos tipos de Siervo o servidumbre en los pasajes bíblicos. La que se alquila y la que se compra. La que se alquila tiene un limitado tiempo de duración, sin embargo, la que se compra, dura mucho más. Había dentro de la que se compra dos categorías. A) La que podía redimirse o recuperarse después de algunos años o B) La que era propiedad perpetua del comprador. En este pasaje; la palabra es dulos, que implica el tercer concepto. Un siervo comprado, un esclavo; ¡Pero que tipo! La recompensa por servir a éste amo. La recibiré en el cielo, en la gloria con mi Señor. Este tipo de servidumbre fue comprada con algo más valioso que el oro, plata, joyas o piedras preciosas. Fue comprada con la Sangre de Cristo Jesús, El unigénito Hijo de Dios. Para el que no puede comprender que la salvación solo puede recibirse a través de Jesucristo, esta buena nueva puede parecer una locura, pero para el cristiano, es la mejor de las noticias.

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