martes, 28 de junio de 2011

Un hombre separado para Dios.

          PERO CUANDO AGRADO A DIOS, QUE ME APARTO DESDE EL VIENTRE DE MI MADRE, Y ME LLAMO POR SU GRACIA.
Gálatas 1:15

Ahora,  la palabra de Dios me presenta varias acciones y razones por las cuales Dios actúa en la vida del hombre. Agradó, apartó, llamó; estando tres sujetos actuando: Dios, la madre y Pablo. Tres tiempos: cuando (sin limite de espacio), desde (el vientre), infancia y el llamado (adultez).
Es hermoso este solo versículo, ya que me enseña varias cosas:
1º) Dios es soberano sobre el tiempo. Al ser Dios un ser ajeno a los límites del tiempo que él impuso, él tiene el tiempo absoluto y el hombre el relativo. Dios, desde su soberanía, observa al hombre pasar por los diferentes tiempos o épocas; sin que él deje pasar el tiempo. Observa los acontecimientos pasados, presentes y futuros desde una perspectiva total y diferente a la nuestra. El tiempo no es una limitante para Dios. Tan es así, que la Biblia declara que para Dios un día de él son como mil años del hombre o inverso. Él es el dueño absoluto del tiempo.
2º) Al ser soberano del tiempo, conoce todo lo del ser humano. Una de las características de la profecía de las Escrituras es esta: que se revelan con acontecimientos para el hombre, antes de que sucedan. A Dios le pluge ver el pasado, presente o futuro y darlo a conocer. En la antigüedad les dio una visión a los profetas de los acontecimientos futuros, hasta la culminación de los tiempos. Vieron a Jesucristo, sus padecimientos y su victoria. Así que, desde la revelación de Cristo Jesús, se ha hecho innecesaria cualquier otra profecía que añada algo nuevo al camino dado por Dios en Cristo Jesús.
3º) Al tener Dios el conocimiento de los tiempos, me conoce perfectamente. El también individualiza. Para Dios no solo existe la humanidad. No solo hay grande grupo de gente. No existe solo la iglesia como un grupo de humanos salvos, sino que también existe el individuo. Unitario, uno, único. Este pasaje me enseña que si Dios se preocupó por un solo individuo (Pablo) o por otros (Pedro, Juan, Marcos, Santiago, etc.) no solo por lo que tenían que hacer (propagar el evangelio), se preocupó por los individuos a los cuales envió a estos. Si no existiera en la mente de Dios la individualidad, entonces la salvación que proporciona la Preciosa Sangre de Cristo seria general y no habría necesidad de un infierno; individual separado de la multitud, soy importante para Dios. El ve mi vida en un correr general. No solo mi infancia, mi juventud o mi vejez. ¡Ve toda mi vida!

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