Dios les bendiga, y espero que esto sea de bendición para todos.
Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Josué 24:14-15
Josué se encuentra al final de sus días y de su ministerio. Había sido un líder durante muchos años, en los cuales dirigió la vida nacional de Israel. Llama al pueblo, para poner en orden cosas que son de importancia para la vida del pueblo.
Sus consejos finales se centran en la disyuntiva de seguir a Dios o de seguir al mundo.
Durante el tiempo de la vida de Josué, así como sucedió en la vida de Moisés, el pueblo tendía a adorar a otros dioses. Se habían mezclado con el mundo, y habían seguido a los dioses del mundo.
Josué les dice propiamente: Temed a Jehová y servidle con integridad y verdad. Pero… ¿cuál es el problema? Que queremos servir a Dios y al mundo al mismo tiempo.
La disyuntiva del pueblo y de Josué sigue siendo la misma hoy en día. Él era un buen líder. Había tenido la experiencia de conocer a Dios con Moisés, y después, el tuvo la oportunidad de conocer a Dios a través de su propia vida. Así como Moisés se dolía por el pueblo, lo mismo le pasaba a Josué.
¿Qué es necesario para seguir a Dios como se debe?
1). Poner las cosas de Dios en primer Lugar.
Josué había puesto a Dios en primer lugar, y lo había demostrado a través de toda su vida. Su vida está llena de situaciones en las cuales se requería siempre de la presencia, del amor y del poder de Dios.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mt. 6:33
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Col. 3:2
2). Amar a nuestros seres queridos: la esposa, el esposo, los hijos…
Josué demostró por su decisión que amaba a sus seres queridos. No los quería ver en la derrota espiritual y mucho menos en la degradación que ello conlleva.
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
1ª Jn. 4:12
Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Ef. 5:21-28
3). Dependencia completa de Dios y confiar en sus promesas.
Josué había sido un hombre que jamás desconfió de las promesas de Dios y mucho menos en el poder de su fuerza. ¿Por qué? Porque había tenido una relación estrecha con Él.
El problema del creyente actual, es que a causa de la era tecnificada en la que vivimos, y de la forma en el que el mundo presenta sus atractivos, hemos dejado de ver a Dios como Él en verdad es.
Lo triste del caso, es que pretendemos hacer cosas para que se vea nuestra “salvación”, olvidando que la salvación no es por obras.
Dice la Escritura (hablando de Abraham):
Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
Rom. 4:20
Se debe de consultar primero a Dios. Lo que Dios le decía que hiciera, Josué lo hacia.
Hoy tenemos una guía que nos indica el camino.
4). Ser responsables en las cosas de Dios.
Josué demostró ser un hombre responsable. Su propia familia le siguió en el camino que él había escogido.
que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
1ª Tim. 3:4-6
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Heb. 10:25
Las cosas del mundo tienen una apariencia deslumbrante. Ya sea en los deportes o en otras áreas. La desgracia, es que le damos más importancia a las cosas del mundo que a las cosas de Dios.
5). Espirituales.
Hombres y mujeres que compartan la salvación que se ha adquirido en Dios.
El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.
Jn. 4:53
y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.
Hch. 16:30-33
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