jueves, 7 de julio de 2011

El carácter del cristiano.

A LOS CUALES NI POR UN MOMENTO ACCEDIMOS A SOMETERNOS, PARA QUE LA VERDAD DEL EVANGELIO PERMANECIESE CON VOSOTROS.
Gálatas 2:5

En este verso la Palabra de Dios me enseña la lucha y la labor que debe realizar todo fiel siervo de Jesucristo:
a)      No rendirse
b)      No someterse
c)      Constancia y
d)      Permanencia.
En la lucha constante contra aquellos enemigos de la fe. La labor del evangelista (el que lleva el evangelio como su misión, no el que tiene el Don) es doble ya que este pasaje me muestra cuatro cosas que van con el carácter:
a)      No Rendirse.
Pablo dice que no se rindió, es decir, que no permitió que el constante acoso a su persona y a la labor que tenía que hacer le hiciera desfallecer. ¿Cuantas veces me he sentido tentado a abandonar mi lucha con el Señor, cuando veo los ataques de los otros hermanos?
b)      No Someterse.
Constantemente veo hermanos débiles en la Fe, que siendo acosados por otros grupos religiosos, que presentan muy bellamente su doctrina, su culto y su alabanza, son fácilmente convencidos. Sus raíces doctrinales estaban muy débiles. Es mi labor como Ministro de Jesucristo, fortalecer las raíces de mis hermanos más débiles. El someterse o abdicar bajo el  ataque es someterse a esclavitud y servidumbre de aquellos que aparentemente buscan mi bien y mi libertad.
c)      Constancia.
Uno de los atributos del carácter. Nuevamente la Palabra de Dios llama mi atención sobre mi carácter. La constancia es de suma importancia en el desarrollo de mi carácter cristiano. Constancia significa no abandonar lo que hago; que a pesar de lo difícil, debo ser perseverante. La constante sobre la roca llega a romperla. La perseverancia es el rasgo distintivo de la constancia. A veces el Estudio, Lectura, Oración, etc. De las partes de la vida cristiana pueden parecer cansadas, tristes o aburridas por los constantes ataques del maligno; pero la decisión de la constancia es mía.
d)      Permanencia.
La palabra implica continuar a través de la lucha de seguir a Cristo son muchas y constantes; los ataques del maligno son cotidianos y a cada rato; él busca como destruir mi testimonio; él demuestra constancia en su ataque. Mi permanencia en el Señor implica continuar a pesar de sus ataques, ya use cualquier tipo de agente o medios; e implica continuar a través de toda mi vida.
Jesús prometió una recompensa al finalizar mi camino y no prometió que aquí todo sería color de rosa. Mi lucha no ha acabado; pero sigo en pie en la dura lucha diaria.

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