Y GLORIFICABAN A DIOS EN MI.
Gálatas 1:24
Se hacia sentir claramente el cambio de Saulo a Pablo. Aunque una misma persona, Dios había hecho un cambio dramático en este joven fariseo, de ser como era antes a como se le presentó a la iglesia de Jerusalén. Y esto es lo más profundo del caso. Ya que hubo un cambio visible, tangible y entendible, ya que cuando Dios en Cristo Jesús actúa en cada ser humano, los cambios son notados por las personas que nos rodean.
Al recordar la vida de Saulo, el mismo sabía que cada vez que andaba en busca de los cristianos, había temor en ellos, ya que él se había convertido en una terrible amenaza para la iglesia naciente. Pero cuando fue tocado por el Señor, un Pablo se había levantado o erigido como el nuevo apóstol que llevaría a la iglesia a nuevas alturas insospechadas. Independientemente de que el nuevo Pablo se diera a conocer a la iglesia, ésta glorificaba, daba reconocimiento a Dios por este nuevo adalid de la cristiandad.
Una de las cosas interesantes en la Palabra de Dios, es que la palabra glorificar, no siempre lleva la idea de magnificar, exaltar o alabar a Dios. Hay algunos pasajes en los cuales esta palabra pareciera que la profirieran hombres malos e inclusive que la actitud de los demonios llevaba la glorificación de Dios, pero esto es suponer cosas que la Escritura no dice.
Lo que si es cierto, es que en este preciso pasaje que estoy estudiando, esta glorificación a Dios implica el pleno reconocimiento de la Obra de Dios en el apóstol. Es imposible no darse cuenta de los cambios que Dios puede hacer en el hombre, en uno mismo e incluso en los de mi propia casa, y no glorificar, alabar, reconocer que el poder de Dios actúa soberanamente en cada ser humano que decide aceptar su poder y señorío sobre uno.
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